Alucinaciones reales: Las entidades alienígenas del DMT
Recurrentes entidades interdimensionales, ángeles o aliens fractales se presentan para el psiconauta que cruza la puerta del DMT, pero ¿qué son estos entes del espacio astral? ¿Meras fabricaciones de la mente o entelequias independientes en la infinita escalera de mundos de este universo holográfico?
Por: Alejandro de Pourtales
Generalmente se considera que lo que una
 persona ve después de tomar una sustancia psicodélica es una 
alucinación y por lo tanto no es real. Y, sin embargo, cuando emergen 
patrones alucinatorios que se repiten, entidades recurrentes de estados 
alterados que no solo parecen ser independientes de la fabricación 
mental de un psiconauta sino que dan la impresión de ser más reales que las entidades que se experimentan normalmente, al ser energía pura o al tener tal fuerza, tal armonía cósmica (la divinidad desnuda con su cuerpo de luz y fractales), que hacen de esta realidad un pálida sombra, entonces empiezan a surgir las dudas y se abren los portales del misterio.
Diferentes tradiciones chamánicas hablan
 de entidades recurrentes que se presentan bajo la ingesta de ciertas 
plantas; así los huicholes hablan de Hikuri, el venado-peyote-maíz, dios
 trinitario de su comogonía; al ingerir  ayahuasca existen numerosos 
reportes de la presencia de una entidad maternal, que se conoce como Chacruna, transpersonalización de la planta que contiene DMT en este milenario brebaje; los mazatecos que ingieren salvia divinorum
 hablan de una entidad femenina, “La Pastora”, “María”, de la cual 
obtienen trances adivinatorios; en su saga antropofantástica, Carlos 
Castaneda habla de la presencia del espíritu del peyote, Mescalito y de 
los Seres Inorgánicos que habitan consistentemente mundos paralelos, 
como una especie de guardianes del conocimiento.
Pero quizás el más recurrente fenómeno 
de entidades alucinatorias que al menos simulan poderosamente su 
realidad independiente es a través de la ingesta del DMT. Esta poderosa 
molécula que en los últimos años se ha vuelto relativamente fácil de 
obtener —es el psicodélico más abundante en la naturaleza— es 
especialmente interesante ya que para acceder a estos umbrales 
interdimensionales donde habitan las entidades, no se necesita gran 
maestría en psiconáutica o chamanismo —aunque evidentemente ayuda, 
especialmente para poder asimilar la experiencia. La experiencia del DMT
 es similar al desdoblamiento corporal o a la proyección astral, donde 
en un instante (a la velocidad de la luz) se abandona la conciencia 
ordinaria y se penetra en este mundo encantado por demiurgos fractales:
«Así que te catapultas a este espacio. 
Está iluminado por una luz suave, algún tipo de luz indirecta que no 
puedes localizar. Pero lo que es inmediatamente asombroso y cautivador 
es que en este lugar hay entidades —están estas cosas, que yo llamo 
‘máquinas élficas autotransformantes’, también las llamo ‘balones de 
basquetbol enjoyados que se driblan sólos’. Son esto, pero no son nada 
de estas cosas. Lo que quiero decir es que tienen que entender: estas 
son metáforas  en el sentido más verdadero, lo que significa que son 
mentiras! Eh, es un balón de basquetbol enjoyado metamórfico, un 
elfo-máquina. Los llamo ‘Tykes‘, porque tyke es una 
palabra que significa un niño pequeño, y me fascinó el fragmento 24 de 
Heráclito que dice: “El Eón es un niño que juega con pelotas de 
colores”, y cuando te catapultas al espacio del DMT este es el Eón —es 
un niño, y está jugando con pelotas de colores, y estoy en la eternidad,
 aparentemente en presencia de esta cosa.
»Hay muchas de estas cosas, pero lo 
principal es que está sucediendo es que están involucradas en una 
actividad lingüística, para la cual no tenemos palabras, pero es un 
lenguaje visible. Están haciendo este viaje de lenguaje visible. Cuando 
prorrumpes a este espacio, ¡te reciben con una porra!».
Así describe el juglar psicodélico 
Terence Mckenna a las entidades del DMT, en lo que se ha convertido una 
versión pop de este misterio. Existen, por otro lado, numerosas 
descripciones de estas entidades, muchas de las cuales se asemejan a las
 descripciones de las abudcciones extraterrestres.
El reconocido farmacólogo David Nichols, presidente del Instituto Hefter, analiza este fenómeno en este corto video:
Nichols señala que su experiencia le 
indica que algunas de las experiencias cercanas a la muerte solo se 
pueden explicar a través de la extracorporalidad, algo que tiene una 
conexión con el DMT.
 ”Probablemente hay seres conscientes 
que no se parecen a las formas de vida que conocemos, que pueden existir
 en otro plano que no percibimos. El universo es 95% materia oscura y 
energía oscura, ni siquiera entendemos lo que es la gravedad, así que la
 posibilidad de que existan inteligencias en otra longitud de onda o en 
otra dimensión o en otra frecuencia no creo que sea demasiado lejana. 
Cuando tomas una fuerte dosis de DMT, no estás procesando información 
sensorial que normalmente procesas, estás procesando cosas que vienen de
 otras partes del cerebro… no creo que sea imposible que existan 
inteligencias que de repente se den cuenta que el cerebro de esta 
persona [está abierta a esta comunicación]… en cierto sentido penetrando
 otra dimensión… No se cómo probarlo, pero tal vez las personas en estos
 estados están interactuando con seres inteligentes que existen en otro 
nivel que no está en este plano físico tridimensional”.
En su ensayo “Angels/Archons/Agents/Aliens”, Christopher Knowles escribe:
«Y luego están los Agentes, los 
componentes de Inteligencia Artificial que actúan como la policía 
secreta de la Matrix. Ellos han sido identificados como los arcones de 
Yaldaboath, cuando tiene mayor resonancia con las tres personalidades 
del Demiurgo: Yaldabaoth, Saklas y Samael».
Quizás aquí este la clave del misterio 
del DMT (y de la conciencia). Mckenna ve a una entidad tecnomágica, un 
elfo mecánico, similar a una inteligencia artificial que está 
construyendo —con el Logos, el código de la programación— la Matrix. El 
Demiurgo, el diseñador de la Matrix, o del sistema de control 
planetario, tiene diferentes personalidades, y a veces se representa 
como el trickster, el diablo, la madre amorosa, etc. Sus agentes, los 
ángeles, los entes, son a veces mensajeros y maestros; otras veces son 
cadeneros, inexorables guardianes de las joyas del paraíso. 
Dennis Mckenna manifiesta su perplejidad  en el documental The Spirit Molecule,
 sobre por qué el ser humano “tiene un detector de la divinidad en el 
cerebro”. El Dr. Rick Strassman cree que el DMT se secreta en la 
glándula pineal, milenariamente el asiento del espíritu, el tercer ojo, 
modernamente llamado “el micro star gate”.
¿Es posible que las entidades que 
aparecen en los viajes enteógenos sean los reguladores de la realidad 
que experimentamos, a todo esplendor y truco, probándonos para ver si 
somos merecedores de ver a través del Ojo de Dios?
Twitter del autor: @alepholo
 
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