El inspirador caso de la mujer negra que defendió a un supremacista blanco
En 1996 Keshia Thomas, de 18 años de edad, demostró una enorme valentía y bondad al proteger a un miembro del Ku Klux Klan que se manifestaba en Michigan.
Por: corrector
Los derechos civiles en Estados Unidos
han tenido una larga y tormentosa historia. Cincuenta años después del
famosísimo discurso “I have a dream” de Martin Luther King,
la práctica de los derechos civiles en EUA aún deja mucho que desear.
Sin embargo, el caso de Keshia Thomas y su enorme acto de valentía
parece ofrecer un poco de esperanza ante la desigualdad racial, la
discriminación y el odio en general.
En 1996 la organización del Ku Klux Klan
decidió manifestarse en Ann Arbor, Michigan, EUA. Este acto parecía un
tanto ilógico considerando que la ciudad es liberal, progresiva y
multicultural. La manifestación fue confrontada por cientos de personas
que se oponían al mensaje supremacista de la organización, razón por la
cual los miembros del KKK estaban protegidos por policías y rodeados por
una valla que los separaba de los manifestantes anti-KKK.
Por alguna razón, un miembro del Klan (o
un hombre que parecía pertenecer a la organización) se había separado
del grupo y se encontraba del lado equivocado de la valla. Cuando una
mujer anunció su presencia entre el grupo anti-Klan, estos lo
persiguieron y atacaron. Usando los palos de madera de sus pancartas
para golpearlo y gritando “¡Maten al Nazi!”, el grupo que supuestamente
se oponía al odio y a la discriminación se convirtió en una multitud
enfurecida y descontrolada.
Al ver que todo se salía de control y
que el nivel de violencia escalaba, Thomson, de 18 años, se tiró sobre
el hombre para protegerlo. La joven optó por ignorar la bandera de la
Confederación en la playera del hombre y sus tatuajes de la SS, y con
esto le salvó la vida.
En una entrevista con la BBC,
Thomas explica que “sabía lo que se sentía ser lastimada. Las muchas
veces que eso pasó, hubiera deseado que alguien me hubiera defendido”.
Thomas cree que su acto previno más
violencia en el futuro ya que “la mayor parte de las personas que
lastiman a otros han sido lastimados. Si lo hubieran matado o lastimado
gravemente, ¿cómo se sentiría su hijo?, ¿continuaría con la violencia?”
17 años después, la increíble valentía
de Thomas ha tocado a muchas personas. Esta mujer nos recuerda que “La
mejor cosa que puedes hacer es ser amable con otro ser humano. Puede ser
algo tan sencillo como el contacto visual, o sonreír. No tiene que ser
un acto monumental”.
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