Economía sin dinero: la diversificación de capitales en el futuro próximo
El paradigma económico actual ha llegado a un punto límite, a la vez que el nuevo paradigma (la diversificación de nuestras prácticas económicas en diferentes sistemas) comienza a aparecer. Este es sólo un vistazo hacia el futuro próximo.
Por: pijamasurf
¿Cómo medimos y producimos riqueza en 
nuestros días? Del mismo modo que se ha producido durante el último 
siglo: cambiando un trabajo o la producción de un producto por una 
cantidad de capital económico, que puede tomar la forma de dinero, 
prestaciones u otros servicios. Pero aunque el medio de producción 
capitalista parezca lejos de desaparecer, existen muchas otras formas de
 generar riqueza a la vez que construimos comunidad. Una comunidad tal 
vez no basada en el dinero en efectivo.
Heather Schlegel es una futurista experta
 en el funcionamiento de las transacciones financieras que serán tan 
comunes en el futuro cercano como lo era el trueque hace 5 mil años, 
aunque hoy nos parezcan improbables. Actualmente financia una serie 
documental, “The Future of Money”
 mediante crowdsourcing, donde plantea que el futuro puede ser un lugar 
donde “seremos felices y estaremos satisfechos con nuestras situaciones 
laborales.”
Pero no se trata de un futuro utópico pues, como dijo en una reciente entrevista,
 el problema es que tenemos una idea equivocada del futuro: “Mucha gente
 cree erróneamente que sólo existe un futuro. Pero el futuro es un lugar
 subjetivo con muchas posibilidades… Queremos certeza, así que buscamos 
predicciones concretas, pero no puedes estar seguro sobre nada acerca 
del futuro… Uno interactúa con el futuro en una manera muy distinta 
desde el pasado o el presente.”
Esto quiere decir que algunas tecnologías económicas de la antigüedad vuelven a tener vigencia, renovadas por la tecnología: el compartir,
 el trueque o las economías comunitarias no son nuevas, pero al 
alternarlas junto al dinero, nuestro paradigma económico se modifica. Y 
es que según Schlegel “estamos experimentando los límites de crecimiento
 dentro del paradigma actual. Hemos ido más allá de los límites del 
sistema existente y se está rompiendo –esta es la crisis que 
experimentamos.”
¿Moneda unificada?
Schlegel habló con el economista Bernard
 Lietaer, que trabajó en el proyecto para crear el Euro. Al parecer, 
Lietaer ha cambiado de perspectiva económica en general: ya no cree que 
una sola moneda sea lo que unificará las economías de distintos países, 
sino una mezcla de diversos sistemas económicos, pues “mayor diversidad 
significa una resiliencia más amplia del sistema y menos probabilidad de
 que el sistema se rompa.”
¿Y cuál es la alternativa? Según la 
futurista, el nuevo paradigma será aquel que “acepte estos puntos de 
ruptura y se extienda hacia nuevas posibilidades de productos…” Además 
de prácticas comunitarias, los nuevos tipos de moneda virtual permitirán
 “liberar mucha presión de las economías secuestradas por el estado. No 
hay necesidad de decir que hay gran potencial de liberar capital de 
circulación.”
Pero aún no es tiempo de cambiar totalmente a una economía virtual: “Veo a los Bitcoin
 como a un pequeño bebé. Tiene un potencial fenomenal y apenas empieza a
 gatear. Aún está creciendo, aprendiendo, dándose tumbos y siendo 
utilizada para una variedad de razones conflictivas. Es más fácil 
manipular como sistema monetario porque es pequeño y la tasa de 
conversión del sistema puede intervenirse. Bitcoin es un precursor de un
 nuevo tipo de moneda.”
Economía de pares
Mientras
 el paradigma tradicional dictaba que los productos manufacturados 
provenían por lo general de grandes líneas de producción, hoy 
experimentamos un auge de microeconomías de trueque o intercambio como 
los mercados gratuitos o el DIY (“Do It Yourself“,
 o hágalo usted mismo). De este modo, los intermediarios quedan 
relegados de la cadena de producción y la calidad de los productos es 
responsabilidad directa de los productores, además de favorecer una 
cultura comunitaria en una época de despersonalización identitaria.
Pero el Internet no tiene por qué volvernos robots, sino al contrario: “Yo misma”, afirma Schlegel, “estoy usando Kickstarter
 para recaudar fondos iniciales de mi serie de TV, ‘Future of Money’”. 
El crowdsourcing (“financiamiento en masa”) permite que la gente que 
estaría dispuesta a comprar un producto o apoyar a un artista decida por
 sí misma la cantidad de valor monetario con la que está dispuesta a 
colaborar en su producción, y a cambio recibe un producto diferenciado 
según esta cifra. Pero más que el dinero, para Schlegel Kickstarter es 
importante porque “estoy conectándome con gente que quiere ver una 
visión positiva del futuro del dinero. No me importa si me apoyan con $5
 o con $500 dólares.”
Acciones
 como estas ponen a Schlegel y otros futuristas en una posición 
privilegiada: el futuro ya no está en manos de profetas o pronósticos 
que, como en Wall Street, brindan perspectivas dudosas sobre el porvenir
 económico frente a un panorama de incertidumbre: los futuristas son 
aquellos que se atreven a vivir en el mundo que desean vivir, tal vez de
 manera más justa e igualitaria, y que enseñan a otros a hacerlo.
Probablemente
 no veamos próximamente el resurgimiento de una alternativa comunista al
 capitalismo –pero tal vez no será necesario. Flexibilizar nuestras 
nociones de riqueza (la cual no será solamente económica) así como del 
valor que les asignamos a los objetos, productos y servicios, será una 
habilidad indispensable en los años venideros.
 
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