Los animales, profetas de las catástrofes naturales
Los animales, profetas de las catástrofes naturales
Los científicos modernos y los sabios de la antigüedad coinciden en
afirmar que si supiéramos interpretar los aullidos de un perro, el croar
de las ranas y la conducta de las aves, nuestro futuro sería mucho más
seguro frente a la naturaleza
Dos horas antes de comenzar la tragedia, mientras las olas gigantescas del Océano Índico se aproximaban a las costas de Sri Lanka, las aves iban congregándose en bandadas y ejecutando una migración extraordinaria camino de las llanuras que tapizan la mayor parte de los 1.300 kilómetros cuadrados del mencionado Parque Nacional de Yala. A su vez, los elefantes emprendieron una retirada hacia las montañas, mientras búfalos y ciervos seguían los pasos de los paquidermos. Todos los animales parecían haber escuchado algún tipo de siniestra voz de alarma.
Pocos años después, en mayo de 2008, más de diez mil personas murieron en China como consecuencia de un terremoto cuyo epicentro se localizó en la localidad de Sichuan. Dos días antes de que tuviera lugar aquella violenta hecatombe, cientos de miles de ranas y sapos invadieron aquellos territorios en el curso de un enloquecido e inexplicable éxodo. Al día siguiente, el China Daily, uno de los más prestigiosos diarios del país, reconocía en su portada que “Desafortunadamente, nadie tuvo en cuenta la advertencia de los sapos”. Son también conocidos casos como el de la insólita invasión de serpientes de cascabel ocurrida en la ciudad californiana de Parkfield en junio 1966, dos días antes de un temblor de tierra.
Los perros en Haití sintieron que una gran catástrofe iba a ocurrir en 2010
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Las abejas de bandas azules -por ejemplo-despiertan de la hibernación exactamente al mismo tiempo que en el desierto empiezan a florecer las plantas. Aquí el secreto puede no serlo tanto, porque eso ocurre cuando termina el frío de invierno y la temperatura es más cálida… Y así la gente sobrevalora cosas que dependen sobre todo de coincidencias de la época, de la estación, del tiempo y no valora el séptimo sentido de otros factores totalmente desconocidos. La revista Science Online publicó hace poco un largo trabajo sobre ese sentido de predicción de muchos animales. De él hemos extraído unas cuantas cosas curiosas.
Dicen que los animales pueden sentir cosas que nosotros los humanos a veces no podemos. ¿Por qué los animales son capaces de predecir cuando viene un cambio en el clima? Es una visión común y espectacular en Australia – en los días calurosos-, cuando la humedad comienza a las hormigas parecen brotarles milagrosamente alas y surcan los cielos, en enormes bandadas… Y eso ocurre a menudo antes de una tormenta masiva y devastadora: como si las hormigas supieran que la lluvia estaba en camino y estaban preparadas para salir de allí lo más rápido posible.
Pero ¿pueden los animales realmente predecir el tiempo? Ciertamente, saben e interpretan las señales del mundo alrededor de ellos, mejor que los humanos, dice el Dr. Simon Robson en la Escuela de Biología Marina y Tropical de la Universidad James Cook.
“Muchos animales predicen la llegada de un verano temprano en su comportamiento, porque presienten que los días van a ser más largos. Los animales son muy en sintonía con la duración del día y las estaciones, que les afectan de manera muy diferente”, dice Robson.
Añade que incluso si bien parece que a las hormigas les crecen las alas poco antes de la primera tormenta a la salida del verano, la realidad es que han estado preparadas durante semanas porque las hormigas (voladoras) estaban listas en sus nidos bajo tierra, después de haberles crecido las alas, esperando a una especie de disparo de salida. Esto puede causar problemas si la lluvia llega en el momento equivocado. Pero las lluvias fuera de temporada pueden obligar a los animales a salir de la hibernación antes de tiempo. A continuación, si el clima se vuelve frío otra vez los mismos animales pueden tener problemas.
Varias revistas de ciencia se han dedicado últimamente a reportar la conducta de los animales desde la hormiga alada hasta la invasión de las ranas. Algunas personas afirman que se pueden predecir las tormentas, ya que un dolor de cabeza el día antes de que llegue, pero Robson dice que “lo más probable es que están reaccionando a la presión atmosférica más baja.”
Los animales están también en sintonía con otras señales de la naturaleza. Las aves, por ejemplo, son capaces de captar sonidos de muy baja frecuencia cuyo eco rebota a cientos de kilómetros de distancia en las montañas. “Muchas aves de paso para que poseen una brújula magnética que les permite navegar miles de kilómetros, incluso en la noche sin equivocar el rumbo… salvo excepciones, también misteriosas”, comentó el mismo Robson.
Los animales también tienen una experiencia muy diferente del mundo en relación con nosotros, con excepción de los animales “urbanos” y las mascotas. Por ejemplo, los insectos pueden ver la luz polarizada -luz cuyos colores aparece como diferente, dependiendo del ángulo en el que se refleja en diferentes superficies. Muchos peces huelen o saben la corriente del río o mar donde nacieron, y peces que anidan en los arrecifes de coral también tiene un recuerdo olfativo y sensorial de los arrecifes de donde vinieron. Los corales también se generan en respuesta a una combinación de factores ambientales – temperatura del agua, época del año y fases de la luna.
Las alteraciones físicas que se desencadenan en la superficie terrestre cuando se produce un terremoto resultan ser tan recurrentes como lo es la sintomatología de una enfermedad. Todo comienza cuando los movimientos tectónicos liberan cargas eléctricas por la flexión de los minerales, produciendo variaciones en el equilibrio eléctrico del aire; posteriormente, el movimiento y la fractura de la corteza terrestre genera ondas sonoras de bajísima intensidad que se adelantan al seísmo como aviso de la ruptura.
Poco más tarde comienzan a emerger gases del subsuelo, y cuando el calor generado por la fricción y la ruptura de las rocas alcanza las aguas subterráneas, se genera un vapor que escapa a la atmósfera formando nubes helicoidales. Todas estas anormalidades resultan inapreciables para los sentidos del ser humano. En realidad, siendo precisos, los humanos somos incapaces de percibirlas como consecuencia del uso del caudal perceptivo que nuestra evolución nos ha otorgado. El biólogo y Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana explica con naturalidad que “los animales no tienen un sexto sentido, sino dimensiones sensoriales distintas a las nuestras, y desde luego mejor equipadas para interactuar con el ambiente”.
Dr. Robson dice que la idea de que los animales pueden predecir el tiempo y, especialmente, los terremotos, está muy extendida. “Tales cosas se recogen en cantidad de películas sobre el fin del mundo, o sobre catástrofes naturales. Pero también se ve en las películas las dotes sobrenaturales que exhiben los extraterrestres que visitan la Tierra. Se ve que los guionistas de cine atribuyen a los extraterrestres cualidades de los animales que reaccionan antes que los humanos porque supuestamente detectan cosas que no podemos predecir.
Los sentidos de los animales, un oráculo químico
Un extraño “sentido de la vibración” es el que permite a las abejas facilitar las coordenadas de un campo de flores a sus compañeras, o el que ayuda a que un petirrojo diferencie los movimientos de sus congéneres de los de un gato que se acerca. En el mundo animal, este sentido es un excelente medio de comunicación. La capacidad perceptiva del oído humano es nula para captar determinadas frecuencias. Asimismo, las vibraciones infra sónicas que emiten algunos animales como medio de comunicación son absolutamente imperceptibles para los hombres. Sin embargo, elefantes, delfines, murciélagos e incluso perros hacen uso de sus congénitas “facultades telepáticas” para adaptarse a su entorno y reconocer sus crónicas mutaciones.
Lecciones del pasado que nunca hemos apreciado y sobre todo aprendido
Todavía hoy, en el siglo XXI, un comportamiento extravagante de las hormigas que habitan nuestros jardines o unos infrecuentes gemidos de nuestros animales-mascota podrían realmente ser explícitos partes meteorológicos.
Dejando a un lado supersticiones impresionistas, lo cierto es que las tribus que habitan recónditos rincones del planeta, absolutamente ajenas a la esquizofrenia tecnológica de la civilización occidental, continúan prestando atención a los mensajes “extrasensoriales” de los animales, nuestros compañeros en la aventura de la vida. Y con un éxito mucho mayor que el nuestro.
“¿Pueden los animales realmente predecir el tiempo? Parece que en cierto modo sí y por lo menos algunos. Eso no sería en absoluto desdén por las cosas maravillosas que pueden hacer, pero tampoco nos entendemos para saber el cuándo, el cómo y el por qué. Tenemos los datos puros. Si se nos mostraran las pruebas creemos que a ese poder le podríamos sacar un enorme partido. Y si supiéramos los detalles, estaríamos también en condiciones de cuidar de ellos mucho mejor. “
(Fuente: es.globedia.com)
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